
Justicia transicional: memoria y refundación institucional
Cuando, finalmente, un régimen autoritario termina; cuando una guerra civil concluye; cuando un Estado totalitario colapsa… ¿es acaso el fin de los males sociales? Las visiones simplistas afirman que sí, pero la realidad ha demostrado ser más compleja. Una sociedad dividida por la violencia o la opresión, no responde a una visión simplista en la que un conjunto de personas «malas» oprimen a las «buenas»; habla de que el solo hecho de que una sociedad nociva haya emergido y sobrevivido durante determinada cantidad de tiempo, indica que se trata de una sociedad donde la enfermedad ya se encontraba enraizada.
La vía legal de la oposición cubana: camino inoperante bajo la dictadura
Una parte de la oposición cubana ha abogado por un enfoque legalista para promover cambios políticos en la Isla. Dicha estrategia busca aprovechar los mecanismos contemplados en las leyes con la esperanza de abrir espacios democráticos. Sin embargo, la evidencia acumulada mediante la práctica sugiere que confiar exclusivamente en ese camino es, a estas alturas, una propuesta trasnochada por ineficaz. El régimen hace la ley… y la manipula a su antojo.
La rebelión cívica nacional del 11 de julio: Antes, durante y ahora
Debemos repensar las estrategias y recrear los escenarios, para capitalizar sobre la enorme cantidad de lecciones valiosas que se desprenden del 11J, de forma tal que lejos de sorprendernos por un nuevo estallido, seamos capaces de enrumbarlo de forma efectiva. Hay un fantasma que recorre la Isla, y es el de la construcción de una identidad alternativa al castrismo, con carácter nacional y popular. El 11J cayeron los mitos y se comenzaron a construir nuevas realidades.

Después del relato único: claves para una narrativa transicional en Cuba
La narrativa de una transición orientada a la reconstrucción y la reconciliación en Cuba, deberá tejer cuidadosamente todos estos hilos: unidad, pluralismo democrático, reconciliación sin impunidad, memoria equilibrada y promesa de prosperidad. Se trata de ofrecer un relato alternativo, esperanzador pero creíble, que rompa el hechizo del miedo sembrado por la dictadura y ofrezca a cada cubano un lugar en el porvenir.
El dilema cubano: trascender o colapsar
El hambre por sí sola no hace a los rebeldes, es la conciencia de que es posible cambiar las cosas, negarse a aceptar y esperar pasivamente que las soluciones vengan desde afuera, o desde arriba. Hay que aprestarse antes de que sea demasiado tarde. Como decía el filósofo y ensayista español cuya frase encabeza este texto: «El pasado no nos dirá lo que debemos hacer, pero sí lo que deberíamos evitar».

Manuel Cuesta Morúa: disidencia, nación y la larga marcha hacia la democracia
En los totalitarismos y en las autocracias la legalidad sirve solo como premisa, exactamente porque ellos viven, se sostienen y sobreviven en una permanente tensión con su propio orden legal y constitucional. Desde él tienes que construir y consolidar entonces un movimiento político que te permita llegar, de la ley a la ley, al pleno Estado de Derecho.
¿Cuánto nos importan los presos políticos cubanos?
El dolor de los presos políticos y sus familias, es también el dolor de Cuba. ¿Se puede ser indiferente? El problema es de los cubanos, hay que leer críticamente lo que se ha hecho, examinar escollos, extraer lecciones y apretar el paso. Todo diseño de futuro para Cuba pasa por encarar el tema de los presos políticos y de conciencia: es el aquí y el ahora.

¿Los cubanos estamos utilizando nuestras experiencias para forjar un futuro mejor o seguimos atrapados en la frustración del pasado?
Si queremos salir del eterno lamento, debemos adoptar una visión pragmática. No basta con analizar el problema; debemos explorar experiencias concretas de cómo escapar del conflicto. ¿Podemos transformar el desencuentro en colaboración?