
Sobremesa sin plato fuerte
En Cuba, la tríada perfecta del poder radica en precisar: quiénes usufructúan la propiedad estatal y cómo lo hacen; de que modo funciona la estructura política del Estado, y cuán permeable a la voluntad ciudadana es el sistema electoral. Pero para abordar esos temas, habría que abandonar la ligereza y el desparpajo que caracterizan a La Sobremesa.
El pensamiento político de la decencia
El pensamiento democrático cubano tiene que existir en contraposición con la criatura anodina, obediente, simplona y feroz a la que mutó el pensamiento político en su relación periférica y difícil ―angustiosa si se quiere, pero también venal― con el poder sin límites, cuando dejó de hacer lo primero y más importante que necesitábamos en Cuba: pensar.
Alerta: no dejarnos confundir
Lo que sucede en Cuba se trata de un conflicto en el que se defiende o denigra a la nación cubana, porque como siempre ha sucedido en la historia, los grandes beneficiarios no tienen patria, sino intereses, que radican en cualquier lugar donde estén a salvo sus bolsillos y sus vientres.

Por qué salir del bucle del subdesarrollo político en Cuba
La configuración de un potente y cerrado dispositivo legal e institucional que desactivaba y tornaba inaccesibles e inocuos los derechos, libertades y garantías reconocidos constitucionalmente, fue apenas un boceto que sugería a la perfección el perfil final del modelo de poder: su forma de Estado Despótico de Derecho.
El modelo de poder de la exclusión y el subdesarrollo político en Cuba
El modelo de poder instaurado y gestionado en Cuba está destruyendo, en su decadencia y en la tremenda complejidad de sus contradicciones, a un modelo de sociedad, a sus concreciones y éxitos más notables.