
Las lecciones de mayo
Sin las válvulas de salida que eran la emigración y la conexión a internet, que funcionaba como una especie de exilio interno, hemos perdido dos lastres importantes que ralentizaron por mucho tiempo la participación cívica de la ciudadanía cubana. Como bien dijo el novelista norteamericano Charles «Chuck» Palahniuk: «solo después de perder todo eres libre para hacer cualquier cosa».
El dilema cubano: trascender o colapsar
El hambre por sí sola no hace a los rebeldes, es la conciencia de que es posible cambiar las cosas, negarse a aceptar y esperar pasivamente que las soluciones vengan desde afuera, o desde arriba. Hay que aprestarse antes de que sea demasiado tarde. Como decía el filósofo y ensayista español cuya frase encabeza este texto: «El pasado no nos dirá lo que debemos hacer, pero sí lo que deberíamos evitar».
El régimen autófago
La del régimen cubano es la «crónica de una muerte anunciada». No obstante, como se ha visto, es muerte doble: primero muere la sociedad que es parasitada, después morirá el régimen parásito. Si la tendencia no se revierte, cuando el régimen colapse quedará poco que salvar.