Geopolítica y Autonomías: mapa sociopolítico de Cuba
«Las revoluciones se producen en los callejones sin salida».
Bertolt Brecht
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«La utopía no se anuncia, estalla».
Diana Uribe
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El Viajero regresó al Capitolio con una certeza más que con una pregunta. Ya no hay esquinas para doblar. Cuba no está en crisis, sino en colapso y ese colapso, aunque doloroso, está activando algo inesperado: una revolución que no marcha con pancartas, sino que brota desde la necesidad extrema. El callejón sin salida se ha vuelto matriz de alternativas, un entorno crítico donde la falta de salidas convencionales obliga a la creación simultánea de múltiples respuestas.
En el caso cubano, cada restricción impulsa soluciones inéditas: el corte de electricidad motiva la instalación de sistemas solares; el control informativo empuja a redes digitales seguras. La matriz es, así, un laboratorio forzado donde el ingenio social encuentra su catalizador. No es la revolución clásica que muchos sueñan ni la transición pactada que otros negocian. Es algo más discreto y real: una red de autonomías funcionales que ya operan dentro y fuera del país. Desde MIPYMES, comunidades energéticas, redes de información veraz hasta iglesias y emprendimientos transnacionales. La transformación cubana contemporánea no está por venir, está ocurriendo.
Diagnóstico compartido, sin romanticismo
El modelo de control total ha perdido respaldo geopolítico, oxígeno económico y narrativa emocional. GAESA no inspira ni siquiera a sus cuadros; ETECSA gestiona el internet como cartilla de racionamiento y el Palacio de la Revolución funciona más como espacio de tertulias improductivas que como centro de decisiones coherentes. La emergencia no es coyuntural, es estructural. Pero desde esa fractura se abren grietas por donde entra la posibilidad.
La revolución en curso: autonomías como respuesta cívica
No hay que esperar una fecha fundacional. Cada vez más cubanos están actuando con lógica de Autonomía, sin pedir permiso. Ejemplos:
Redes productivas MIPYME que funcionan, crecen e incuban a los futuros encargados de la nueva economía en Cuba.
Plataformas de educación descentralizada desde la nube.
Energía solar autónoma en barrios y campos.
Canales de información independiente, seguros y resilientes. Como Cuba x Cuba y otros.
Iglesias y organizaciones libres de lucro que actúan como nodos de acogida, escucha y apoyo.
La clave está en conectar estas prácticas en vez de centralizarlas, sincronizarlas. Sinergia, no aislamiento e incomunicación.
Siete sinergias pragmáticas para articular autonomías en Cuba Transnacional
Información e Ideas Estratégicas: Crear redes digitales protegidas (VPN, plataformas descentralizadas) para interconectar nodos ciudadanos dentro y fuera del país. Urgencia en el dominio y uso de las técnicas y capacidades democratizadoras de la Inteligencia Artificial Generativa: Ciudadanía Digital del Siglo XXI.
Finanzas colaborativas: Establecer fondos solidarios con apoyo de la diáspora (crowdfunding, microcréditos rotativos) orientados a proyectos de impacto autonómico y local. Potenciar a los Municipios.
Capacitación técnica: Impulsar programas de formación online en áreas clave (energía, agricultura regenerativa, salud comunitaria, comunicación digital, estrategias de información y ciberseguridad).
Redes de cuidado: Crear sinergias entre iglesias, ONGs y colectivos para apoyar emocional, espiritual y logísticamente a comunidades vulnerables.
Estrategia informativa: Coordinar canales y medios independientes que visibilicen avances de las autonomías y generen narrativas de esperanza realista.
Ecosistema legal emergente: Compartir herramientas jurídicas para blindar iniciativas comunitarias frente a la represión.
Cartografía cívica: Diseñar mapas colaborativos de proyectos activos para facilitar alianzas, evitar duplicidades y escalar sinergias.
El KM Cero del Capitolio no observa impasible, es punto de partida de Autonomías innovadoras.
Y todo lo anterior cohabitando Cuba en su Barrio Geopolítico en mutación; la intensificación del intervencionismo estadounidense en México, la presión estratégica sobre Canadá y el interés por Groenlandia forman parte de una reconfiguración hemisférica que Cuba no puede ignorar. Este «barrio geopolítico» en mutación afecta a la Isla en varios frentes:
Reordenamiento de alianzas: Un bloque norteamericano fortalecido podría marginar aún más a la dupla GAESA – Palacio de la Revolución de flujos comerciales, inversión y cooperación regional.
Aislamiento tecnológico: El control de rutas árticas y plataformas digitales por parte de EE. UU. incrementa la dependencia cubana de proveedores y tecnologías limitadas.
Presión indirecta: Narrativas de seguridad aplicadas en otros países podrían justificar políticas más duras contra regímenes autoritarios como el cubano.
Vacíos de poder aprovechables: El cierre de ciertos espacios internacionales para el régimen abre, paradójicamente, oportunidades para redes cívicas y la Cuba Transnacional.
En este contexto, el centro se endurece mientras la periferia se reinventa. La rigidez de las estructuras estatales y de los bloques dominantes genera márgenes donde las iniciativas autónomas pueden crecer fuera del radar oficial, utilizando la flexibilidad, la transnacionalidad y las tecnologías libres como ventaja estratégica. La historia muestra que, en momentos de cierre, las soluciones más duraderas surgen de la periferia organizada.
El futuro no llegará por decreto ni por invasiones. Está creciendo entre los escombros, impulsado por quienes ya decidieron no esperar. La verdadera revolución o transición no es la que se proclama, sino la que se organiza. Está ocurriendo.