«El caso Gil». La defenestración que salió mal
Lo extraordinario en el caso de Alejandro Gil es que, por primera vez en décadas, un defenestrado se niega a asumir la culpa y exige transparencia, desafiando la lógica totalitaria que hasta ahora había garantizado el silencio y la sumisión. Todavía no sabemos cuál será el desenlace, pero sea lo que fuere, las fisuras quedan expuestas.
Las cortinas del poder...y las nuestras
Cuando el grupo que de verdad dirige la Isla abre tantas puertas a la vez, ello indica que piensa escapar por alguna. Y escapar no significa abandonar el poder, sino mantenerlo bajo otro rostro, como Arya Stark en Juego de Tronos. La destrucción del país, dramática, pública y notoria en las provincias orientales tras el paso del huracán Melissa, parece obstaculizar esa escapatoria.
De cuadro a puente: autocrítica desde la Cuba que fue
El sistema pierde por días las garras sobre la sociedad, que cada día se hará más autónoma y transnacional. Liderar no es mandar, es liberar. Y Cuba necesita menos cuadros y más puentes. Cuba se puede reconstruir, pero no desde la geometría torcida del miedo. Sino desde la arquitectura íntegra de la esperanza.
Renuncia
No se trata de cambiar cargos y nombres; es necesario pasar la página del gobierno inepto y el sistema disfuncional, hacia otro democrático y participativo, en el que el concepto de soberanía sea el ejercicio del mando por el pueblo. Y el soberano, lo sabemos, no delega sus atribuciones.