Inferencias desde el tarifazo
La sociedad cubana ya no es la misma de décadas atrás. Años de precariedad, resistencia y sufrimientos nos han hecho más conscientes de la necesidad de involucrarnos en la solución de nuestras dificultades. Nos muestra que, a pesar de la falta de una vertebración eficaz y activa de nuestra sociedad civil, hay muchos sectores de la población ―donde ahora han resaltado esperanzadoramente los estudiantes― que han desarrollado un sentido de crítica, participación y negociación para solventar sus intereses vitales.

El juicio de los estudiantes: memoria, universidad y responsabilidad cívica
La Cuba de hoy requiere de sus estudiantes el esfuerzo mayor de una educación que pagan con desvelos y angustias perennes. Atrapados entre el «irse ahora o después», azorados ante el colapso de un proceso en interminable descomposición, que se aferra a un poder pírrico, los estudiantes han tomado su lugar como importantes actores de transformación.

La dignidad ya ha vencido el miedo. Los estudiantes no están solos
Lo que comenzó como un reclamo legítimo por la justicia económica y el acceso equitativo a la información, se ha transformado, por decisión del poder, en motivo de persecución y hostigamiento contra quienes alzaron la voz. La comunidad académica, dentro y fuera de Cuba, no debe ser cómplice del atropello. La universidad no es —aunque en Cuba durante décadas ha funcionado como tal— brazo de la represión, sino espacio de libertad.