Nuevos andamios para enfrentar la miseria estructural
«El fortalecimiento del ecosistema emprendedor requiere estructuras de apoyo que trasciendan la acción individual. La creación de espacios colectivos, instituciones de fomento y redes de colaboración es vital para democratizar oportunidades, facilitar intercambios productivos y generar tejido económico sostenible a nivel nacional y territorial».
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La Estatua de la República en el Capitolio vuelve a ser confidente. Esta vez el Viajero no trae solo preguntas. Trae una respuesta viva: el texto de una joven ingeniera y emprendedora, Yulieta Hernández Díaz. No es un manifiesto político ni un reclamo ideológico, es una propuesta concreta, estructurada y viable de cómo las MIPYMES pueden convertirse en arquitectura para la transición. No hay consignas, hay sistemas; no hay promesas vacías, hay marcos jurídicos sugeridos, mecanismos financieros definidos, propuestas fiscales escalables; no hay teoría abstracta, hay práctica constitucional. Porque cuando el Estado colapsa, es el tejido productivo quien comienza a escribir su propia legalidad. Y eso es lo que está ocurriendo.
Condiciones mínimas para activar autonomías
Yulieta propone con precisión técnica crear un mercado cambiario transparente, permitir la inversión nacional e internacional en MIPYMES, establecer una banca privada regulada, garantizar seguridad jurídica y frenar la legislación errática. Estas son condiciones habilitantes. Solo requieren activar capacidades ciudadanas existentes.
Su texto demuestra que la autonomía económica ya está en curso. Lo que falta es blindaje: normativo, digital, narrativo. Para ello propone redes colaborativas, transparencia institucional, inclusión de asesores legales propios, y protección frente a auditorías punitivas. Una autonomía blindada es una soberanía distribuida en acción.
Identidad sin fragmentación ni verticalismo
La propuesta no divide, conecta. No impone, estructura colaborativamente. Al plantear asociaciones gremiales, plataformas digitales interoperables, congresos territoriales y redes de cofinanciamiento, la autora perfila un ecosistema de gobernanza distribuida. Cada MIPYME encuentra su lugar no por asignación, sino por contribución. Así se evita el verticalismo, con inteligencia colectiva; y así se supera la fragmentación, con estructuras de interdependencia ética, no de subordinación.
Hacia una Constitución de facto nacida desde abajo
Aunque Yulieta no lo dice en esos términos, su propuesta es una arquitectura constitucional emergente. Cada sección de su publicación es una cláusula viva: derechos, deberes, regulaciones, incentivos, órganos de participación, mecanismos de resolución de conflictos. Es un texto que, si fuera aplicado, redefiniría el contrato social entre producción, Estado y ciudadanía. No espera ser legitimado por un Parlamento: se legitima en la utilidad, la ética productiva, la inclusión concreta. Es una Constitución por la vía de los hechos.
Y es también una actualización práctica de una intuición histórica. La Constitución de 1940, como recordaba Yulieta en un post reciente, fue descrita por el historiador Raúl Roa como «el resultado de dos impotencias: la de la derecha y la de la izquierda. Ninguna de las dos se pudo imponer». Aquel impasse derivó en consenso. Hoy, la parálisis institucional podría abrir paso a un nuevo pacto, no entre élites ideológicas, sino entre actores económicos, cívicos y comunitarios desde abajo.
El Sistema de Autonomías Libres encuentra en este texto una expresión ejemplar de la autonomía económica como motor de transición. No se trata de desmontar repentinamente al caduco Estado actual como por arte de magia, sino de organizar la sociedad desde su capacidad de producir, cooperar y autosostenerse.
El Viajero lo anotó en su libreta: «Si la política no abre puertas, la economía abrirá ventanas. Y por esas ventanas entrará el aire nuevo de una Cuba posible». Próximo destino en KM CERO: conectar este borrador con otros actores del Sistema. La Constitución de facto ya comenzó: estamos en Transición. Falta reconocerla, articularla y protegerla.
Anuncio para el lector de KM CERO: Este artículo es el primero de una serie de investigaciones sobre el terreno que documentarán propuestas concretas desde cada una de las autonomías del Sistema. Seguiremos explorando desde la educación, la energía, la cultura, los derechos humanos, la información y más. Si tú o tu comunidad están desarrollando una experiencia que encarne alguna de estas autonomías, escríbenos. La historia de Cuba también se está escribiendo contigo.
PD: La encuesta de Árbol Invertido sigue impertérrita en sus resultados: «Forzar un cambio de sistema», 75% del total de votos.