
Sobremesa sin plato fuerte
En Cuba, la tríada perfecta del poder radica en precisar: quiénes usufructúan la propiedad estatal y cómo lo hacen; de que modo funciona la estructura política del Estado, y cuán permeable a la voluntad ciudadana es el sistema electoral. Pero para abordar esos temas, habría que abandonar la ligereza y el desparpajo que caracterizan a La Sobremesa.
El pensamiento político de la decencia
El pensamiento democrático cubano tiene que existir en contraposición con la criatura anodina, obediente, simplona y feroz a la que mutó el pensamiento político en su relación periférica y difícil ―angustiosa si se quiere, pero también venal― con el poder sin límites, cuando dejó de hacer lo primero y más importante que necesitábamos en Cuba: pensar.