
Cuba no es país para discapacitados
Las personas con discapacidad son las víctimas más notorias de los colapsos sociales. El caso cubano evidencia la crisis del modelo asistencialista. Este funciona mientras la economía mantiene estabilidad y se puede esconder la basura bajo el tapete. La política de institucionalización ha potenciado la exclusión. Es evidente la ausencia de una acción afirmativa y de una integración social. Cuba no es país para discapacitados.
Ante estas jornadas de carnaval
¿Será que quienes parlotean en la radio y la TV sobre un ¡verano feliz! ―con el 60% del país sin energía eléctrica por más de treinta horas seguidas― son, en realidad, turistas extranjeros que trasmiten desde suites de lujo en los cayos del archipiélago? ¿Será que quienes ponen frase tras frase y escriben páginas y páginas y se posicionan luego tras un micrófono son humoristas formados al estilo de Chaflán y Cantinflas?
Habitantes de la calle en Cuba: entre la negación oficial y la realidad
Las personas sin hogar en Cuba, como seguramente en cualquier otro sitio, no están en esa situación por elección. Son el resultado de una cadena de factores: pobreza estructural, políticas públicas fallidas o inexistentes, eufemismos que desdibujan, criminalización de la vulnerabilidad. El uso de expresiones como «conducta deambulante» maquilla el problema.