Oficio de nostalgia. Cuba por Néstor Almendros
Hay un vacío en la memoria colectiva de Cuba. Parece que el ejercicio del olvido ―junto con la nostalgia por un pasado más mítico que objetivo―, conforman la identidad nacional. Es entendible si uno se atiene a los hechos. Más que una nación, es un campo de batalla entre narrativas que desdibujaban todo lo que escapa a su control. Pocos intentos han logrado romper con la hegemonía de los relatos como lo hizo Néstor Almendros.
Por la dignidad de todos, todos
El proyecto de homogeneizar a la totalidad de los ciudadanos bajo el rubro de «revolucionario» o «comunista», sin considerar la natural variedad de modos de ser de los humanos y, sobre todo, prescindiendo de que estos pudieran formar parte normal de nuestra existencia socio-política, lesionó en gran medida el desempeño ecuánime y benéfico de nuestra sociedad.
No solo somos una isla en la grandeza
Los intelectuales tenemos el deber de transmitir a los jóvenes que el gobierno mantiene a esa enorme burocracia represiva porque le rinde ganancias económicas, pero no debemos olvidar tampoco la carta firmada por grandes personalidades que legitimó la pena de muerte contra cuatro jóvenes negros atrapados entre la presión mediática que ejerce el exilio y la inclemencia de un dictador.
De la guerrita de los emails a La Habana de Fito
Me interesa explorar caminos que conduzcan a nuevas narrativas, donde la historia se cuente desde un lugar oculto o desconocido. Tal razón me impide aceptar como válido cualquier relato que excluya a Fidel Castro de los eventos que cambiaron nuestras vidas.