Herencia
—Muy interesante.
—Excelente revista española.
—Hablo del «Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía». Dudo mucho de que en la península ibérica cuenten con algo parecido.
—No saben lo que se pierden. Si esa publicación despliega toda la sagacidad informativa con que aborda los temas científicos y sociales, podría dedicarle un número completo a tamaño mamotreto. Empezarían por averiguar cómo es posible que haya estado vigente desde finales del pasado año y solo se dé a conocer cuando ya puede decretarse su obsolescencia por inútil e incompetente.
—Tampoco así. Si tomamos en cuenta que la primera página de texto contiene tres fragmentos de discursos de Raúl, Canel y Marrero, podremos imaginarnos cuántos meses de sudor les llevó a los editores seleccionar unas líneas entre tanto pensamiento profundo.
—Nunca mejor dicho. Me encanta la manera en la que el General de Ejército, para decir que somos improductivos, desorganizados e ineficientes, habla de los «sacrificios» que conllevará «crear las condiciones que nos permitan salir de la actual situación y desarrollarnos». Es decir, que no saldremos de esta. Solo conformaremos el marco adecuado para algún día poder hablar de «desarrollo»… con otro programa, vaya usted a saber el nombre que le encasqueten.
—La nostalgia es cosa maravillosa. Ahora mismo recuerdo cuando se nombró a 1969 «Año del Esfuerzo Decisivo». Han pasado más de once lustros y aún seguimos enredados en una «compleja e inaplazable batalla económica».
—Es que la gente no aprende. Con lo fácil que hubiera sido rectificar los «errores y tendencias negativas» de los noventa, para no tener que emplear después a tanta gente en la redacción de unos «Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución» que se imprimieron por tongas y se discutieron hasta en tangas para acabar siendo un documento que no ha servido para nada y lleva a inventarse este otro.
—Pierdes el tiempo leyendo el contenido. ¿Qué significan, por ejemplo, las restantes páginas de las noventa y dos que posee el Programa al lado de la frase de nuestro presidente recalcando que «Se hace imprescindible darlo a conocer, desde su fundamentación hasta sus acciones, para que sea verdaderamente apoyado con participación y control popular». Lo dijo en julio, y solo en octubre se publica. Eso no se le hace a un dignatario que se respete.
—Me quedo con la intervención de Marrero. El exministro de Turismo, que no puede desprenderse de sol y de arena y ahora mismo anda de visita en Arabia Saudita, deja claro que los problemas que más impactan en la población tendrán una solución «gradual». Eso, para que nadie venga a creerse que semejante reto puede resolverse en solo sesenta y siete años o unos pocos siglos.
—En la biblia del reordenamiento cubano se menciona la palabra «avanzar» 44 veces. Rompe el que se creía récord absoluto: el de 37 de los Lineamientos.
—Eso incentiva a avanzar en la lectura.
—Retroceder nunca.
—Leer para atrás es de gentes que necesitan rectificar a cada rato, pues no dan pie con bola.
—Quise decir que palabras como «retroceso», o una tan común en la construcción de la nueva sociedad socialista como «error», no están contenidas en este faro para alumbrar caminos.
—Más elegante es utilizar «distorsión» o sus derivados.
—Sin embargo, esta última solo aparece en cuatro ocasiones: título, cita del primer secretario, introducción y para mencionar que hay mipymes que «se declaran con pérdidas».
—Debe ser que hace énfasis en lo del «reimpulso».
—Más bien es, como dice el diccionario, un «deseo repentino e incontrolable de hacer una cosa», no la «fuerza al moverse o desarrollarse» o el «empujón para que se mueva».
—Temen que la embestida llegue con demasiada fuerza. En las personas obesas, la distribución de la grasa corporal altera el centro de gravedad, lo que resulta en una disminución del control del equilibrio. Imagino el trabajo que pasará Marrero para transitar por esos extensos pasillos del palacio real saudí.
—Menor que el realizado para que Su Alteza Real Mohamed bin Salman interprete que nuestro primer ministro viajó tan lejos porque «es tarea fundamental identificar potenciales inversionistas extranjeros y socios comerciales que faciliten el acceso a mercados de exportación de bienes y servicios», como apunta el Programa de Gobierno.
—El pobre Mohamed no entenderá que en la mayoría de los indicadores se habla vagamente de «superar el 2024»; hasta Haití, si se lo propone, lo haría. Ojalá y Marrero no le regale una traducción del folleto al también príncipe heredero.
—Ojalá y sí. A ver si el mandatario saudita entiende al menos lo que hemos tenido que heredar nosotros.
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Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.