—«Cinco días lucharán por estremecer el mundo desde La Habana con la celebración del Tercer Encuentro Internacional de Publicaciones Teóricas de Partidos y Movimientos de Izquierda, así como del Primer Festival Internacional Granma Rebelde», entre otras cosas para «alfabetizar mediáticamente a nuestra ciudadanía».

—Debían analizar teóricamente qué diferencia existe entre el diario oficial del PCC y el de la juventud cubana, y hasta premiar, a tono con un cónclave de corte festivalero, a quien logre explicarlo.

—Que se asemejen es una indiscutible ventaja. Siempre asume en Granma quien ya pasó por el Rebelde. Acaba de ser designado en el primero uno que estuvo de number one en el segundo, un improvisador que no sé cómo encontrará tiempo para dedicarse a tan altas funciones cuando se la pasa haciendo décimas en las sesiones de la Asamblea Nacional.

 —Menos productivo que Yailín Orta, la anterior directora de «uno de los buques insignia de la prensa cubana», a quien le encantaba participar en encuentros de solidaridad con Cuba, sobre todo si eran en el extranjero. Recuerdo aquel de 2019 en Rivas-Vaciamadrid donde fue capaz, para refutar que su publicación está «anclada en el pasado y representa un modelo de prensa que no se ha movido», de declarar lo siguiente: «Toda esa reproducción de estereotipos, toda esa reducción hacia una visión totalmente reduccionista de la capacidad creativa de su colectivo, del modelo de creación que estableció un pacto ético con la verdad, por supuesto que no iba a ser acogido por los grandes emporios hegemónicos de la comunicación»…

 —¿Se refería al Instituto de Información y Comunicación Social?

 —Déjame terminar. Decía la muchachita que «nuestra prensa no está contaminada con la publicidad, determinante para la subsistencia de los medios de comunicación, pero que a la vez empieza a ceder espacio para intereses que no tienen que ver, que te alejan de la agenda mediática de la población y de las preocupaciones del pueblo. Nuestra voz es la voz alternativa que queda en minoría de cara a todas esas cámaras de resonancia que propagan una postura manipulada que demoniza nuestras circunstancias, lo que la diferencia de la prensa cubana, que no defiende a una élite privilegiada».

—¿En el «pacto ético con la verdad» se argumentó si la causa de que a Orta le cortaran la aorta fue la de ceder espacio a «intereses que no tienen que ver», y sumarse a cierta élite privilegiada?

—Para nada. Imagino que el Tercer Encuentro Internacional de Publicaciones Teóricas de Partidos y Movimientos de Izquierda sea el marco adecuado para hacerlo, cuando el centenar de participantes e invitados pregunten qué pasó con la trigueña que declaraba que «La realidad cubana tiene un modelo democrático tan auténtico y tan único como su propia Revolución». Sería una manera de darle un único sentido auténtico a reunir tanta gente en la Ñico López.

—Las jornadas del evento, que «trazarán estrategias colectivas, abordarán temas críticos, y apostarán por la igualdad, la solidaridad y la democracia participativa», deberían discutir también cuánto ha llovido desde que en el primer encuentro, en febrero de 2023, el designado a dedo planteara: «Nosotros pensamos en los once millones de cubanos que hay que alimentar, en los once millones de cubanos que hay que proteger, en los once millones de cubanos a los que hay que darles posibilidades».

—Les dio la posibilidad de emigrar y ahora tiene que hablar de nueve. Ya puede pensar menos. Para eso está el presidente de Casa de las Américas.

—Dudo mucho que este último tenga cabeza y pelo para elucubrar alguna intervención de las suyas. Se quedó vacío al dispararse los nueve tomos de las Obras Escogidas de Raúl y escribir una presentación donde resaltó el «estilo coloquial, único, cubanísimo, para comunicarse con nuestro pueblo» y el «increíble sentido del humor» del General de Ejército.

—Lo tiene. El chiste del vaso de leche fue tan bueno que no lo repitió más.

—«Sufrimos una crisis cultural y ética muy grave, provocada por la industria colonizadora hegemónica y las plataformas digitales al servicio del Imperio y las corporaciones. Las víctimas principales de esa ofensiva son los niños, adolescentes y jóvenes», dice Abel en su perorata. Un pie forzado para denunciar al Canal Educativo por no contribuir a la «soberanía ideológica» que pide Canel para «brindar pensamiento frente a la colonización». El consejo que les da el programa La Tarea a nuestros muchachos para que logren un «pensamiento positivo que nos puede conducir al lugar que queremos ir» es «Buena sesión de gim, buen almuerzo saludable, vivir más el aquí y el ahora. Dejar de esperar a que fulanita nos quiera o a ganar lo suficiente para poder comprar un BMW y ser feliz. Recordar que vivimos en la playa, podemos ir caminando al trabajo y encima ahora mismo vamos a comernos una suculenta barra de chocolate. El chocolate es una parte importante en la vida de la gente feliz. Coma chocolate».

—Cuando el Gobierno pague lo que debe.

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Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.

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