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—«Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo».
—¿Te refieres a los juegos de dominó a que convocó Nordelo?
—No, mi capitán. Me acordé de esa frase del Comandante cuando antes de venir para acá me puse a revisar estos expedientes de instrucción que le traigo y que propongo cerrar para enviarlos a Fiscalía.
—Hay que pedirles muchos años.
—Yo a Fidel le pedí una larga vida.
—Aludo a los delincuentes, que nos están poniendo mala la cosa. ¿Qué hicieron en específico estos tres?
—El primero, con el pretexto de «sembrar alimentos orgánicos y frescos que beneficien a la familia y al barrio», ha cultivado casi cincuenta pedacitos, sobre todo con yuca y malanga.
—No está mal.
—Siempre que se haga con orden y siguiendo lo establecido. La de Vigilancia nos alertó de que algo raro pasaba, pues compró yuca en el agro y descubrió ese mismo día que, cosa rara, era de las fresquitas, acabadas de arrancar de raíz, que se abren y parecen almidón. Nos dimos cuenta de que este individuo eludía los pasos que hay que seguir para comercializarla. El tubérculo debe transitar por el almacén de Mayabeque, con el respectivo control de los inspectores de esa provincia, luego ir hacia el Mercado Concentrador, donde un funcionario de Acopio vela por que coincidan la declaración de lote con la cantidad de producto descargado. Luego un delegado del Ministerio de la Agricultura debe dar el visto bueno para que venga otro camión y traslade la yuca para los agros habaneros, siempre que aparezca el transporte. Quién le dice a usted que este tipejo recogía su cosecha tempranito, la trasladaba en varios viajes a golpe de carretilla y a las nueve de la mañana la tenía vendida completa.
—Qué relajo.
—«Hay ciertas tareas que en algún momento menguaron y hoy estamos retomando, como los Planes de la Calle, en los que estamos inmersos desde el verano». El procesado le pidió a la Asamblea Municipal unas sogas y algunos sacos para hacer uno y alegrar a los fiñes, y resultó que fueron desviados para una cosecha de boniatos que recién recogió.
—¡¿Boniatos también?!
—Para colmo, vende tan barato que de eso se aprovechan algunos compinches que están siendo procesados por receptación y hasta tenían montados cuatro puestos de churros, en una circunscripción que nunca había contado con productos alimenticios de tan extraña procedencia.
—Que los inspectores de Sanidad actúen, a ver de dónde sacan el aceite.
—Tomo nota. Pero eso no es nada con lo que hacía el segundo. En un municipio donde los únicos puercos que quedan son la gente que no se baña producto de que la conductora sigue rota y no entra agua desde el mes pasado, este tipo criaba treinta cochinos sin un papel que lo respalde. Menos mal que «no existe una receta única para estar alertas, pero abogamos por mantener algún tipo de vigilancia, en la cual los vecinos decidan qué espacio o institución cuidar».
—Que el barrio abra los ojos.
—A decir verdad, los vecinos colindantes lo vigilan para saber qué va a vender al otro día. Se le arman colas en la propia puerta de la casa. Yo mismo le compré unas costillitas cuando a mi suegra se le detectó la desnutrición.
—Habrás visto cómo procede y puedes ser testigo en el juicio.
—Hemos tenido que orientar a los Destacamentos Mirando al Mar que miren un poco a tierra. Viven en el pueblo y no ven las casas.
—Difícil ver las casas. Los «llega y pon» surgen hasta en los platanales. Fíjate que en el Estadio Olímpico solo falta que levanten una casucha en el cajón de saltos.
—En una de ellas se montó un alambique que fabrica al mes casi tres hectolitros de ron. El índice de alcohol en los alrededores ya está más alto que en las enfermerías de los dos policlínicos con que contamos. El tercer expediente lo explica con lujo de detalles. Los dos implicados le compraban a la guarapera cercana todo el bagazo que quedaba de la molienda. Aunque parezca mentira, alguna sacarosa le sacaban al subproducto, porque la bebida que destilan es magnífica.
—¿La probaste también?
—¿No recuerda qué buena quedó la actividad de ascenso?
—…
—Sabía parecido a aquellas botellas que incautamos el fin de año.
—¿Alguna conexión entre los tres implicados?
—Pertenecen al mismo CDR, el único que pudo celebrar con caldosa el aniversario 65 de la organización.
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Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.