
La verticalidad: una mirada a la educación cubana de los 70
El modelo de escuela en el campo cumplió su doble función: nos inculcó disciplina (o al menos, obediencia), y ayudó a cubrir los agujeros de una economía siempre renqueante con nuestro trabajo «voluntario». Pero el costo personal fue inmenso: agotamiento físico, un desarraigo emocional difícil de explicar, y una educación donde dudar era casi una traición.

La reforma educativa: Makarenko y el «hombre nuevo»
La educación y la cultura fueron controladas con el fin de consolidar el poder. Sin ideas propias, sin debates, la gente se traga todo lo que le dan. Así fue que, entre 1959 y 1961, el cubano no solo cambió de gobierno: cambió mentalmente. Y el que no lo hizo se convirtió en un marginal, que tuvo ante sí el exilio mientras pudo; o ser como Sergio en Memorias del subdesarrollo: un sobreviviente.