Una propuesta de reforma electoral y un necesario debate
Mantener explícitamente el partido único reduce el anclaje programático y empuja a una personalización de la contienda ―más marketing del candidato que debate de plataformas―, entre tanto, la segunda vuelta tendería a coordinar facciones internas más que proyectos alternativos. Tal escenario estaría muy lejos de ser una salida realmente democrática.