Tránsito
—«Hoy vamos a conversar sobre socialismo en clave cubana».
—Asere, yo sé que la Liga Élite de Béisbol no da ni para tirar tacos; que gracias a los apagones el concierto de Frank Delgado en el Chaplin fue solo una quimera del oro; y que hasta que Gil no cumpla su presunta condena no será analizada la conveniencia de informarnos qué vandalismo se trajo entre manos. Pero ¿de veras no hay temas suficientes como para hablar en otra dirección?
—No te propuse comentar «un proceso que tiene su cosa y que lleva tiempo». Solo cité la frase inaugural de un poscast que hizo Cubadebate.
—Al menos son consecuentes con eso. Hablar de socialismo en Cuba solo es efectivo en un canal musical como Clave… por la cantidad tradicional de trova que trae aparejado.
—Lo de «clave cubana» no es por el canal, sino por el ritmo contagioso que tiene construir una sociedad como la nuestra.
—Las congas abundan, en forma de desfile sobre todo.
—«Por ello (ha dicho el Juventud Rebelde) resulta tan importante que, en fechas como estas, junto a la invariable reafirmación, no olvidemos que el país debe buscar imponer no solo su ritmo, sino conducir, como no lo hemos logrado hasta hoy, el tiempo de nuestra transformación, por encima de las interminables escaramuzas».
—¿Y no es una escaramuza que en el tiempo de sesenta y seis años no hayan logrado conducir una transformación para imponer un ritmo y los directores de la orquesta sigan siendo los mismos?
—«La historia de la Revolución Cubana (vuelvo a Cubadebate) desde esa primera etapa digamos antimperialista, nacionalista, democrática, y el tránsito a la declaración de una Revolución socialista implica no solamente un tema digamos declaratorio, sino también implica elementos prácticos».
—Exacto. La práctica demuestra, digamos, que da igual si la voz de mando te dice «Abre, que ahí viene el cocuyé» que «Abre, que ahí viene el bloque del cocuyé». Lo importante es pasarla bien, arroyar bonito, creernos felices.
—«Muchas de las experiencias de transición hacia el socialismo que han existido se han autocatalogado como países con transiciones socialistas, porque entre muchos factores hay uno común: que comparten una ideología donde se proponen como proyecto histórico la construcción de una sociedad comunista, y ahí es donde está el debate: si el socialismo es un punto de llegada o es un punto de camino hacia el comunismo».
—O punto de embarque hacia ninguna parte. La mayoría de los que emprendieron la ruta se desviaron por otras carreteras, y hoy adulamos a quien encabezó el extravío.
—«Hay diferencias entre un socialismo de ideología marxista que cree en la superación del capitalismo, y un socialismo que lo que intenta es reformarlo a través de una mejor redistribución de la riqueza, resolviendo las fallas del capitalismo».
—Y un tercero que proclama que superará al capitalismo, no aplica una sola reforma que lleve a sobrepasarlo, mas termina multiplicando sus fallas.
—«Ningún país de los que se ha calificado como socialista ha llegado a una etapa de formación económico-social ya sea comunista, ya sea socialista, sino que ha estado en lo que se conoce como la transición».
—En el autoexamen se califican como socialistas, pero le callan la boca a los que piden subir nota.
—«Una de las características de la transición es su carácter reversible. Cuando se llega a una formación económico-social comunista, desaparece esa reversibilidad, porque ya ha cuajado el sistema de relaciones sociales de producción en su relación con las fuerzas productivas y el nivel de conciencia social, ya se ha estabilizado ese sistema de relaciones, y, por lo tanto, la única manera de cambiar es ir hacia adelante, no hacia atrás».
—Lo de la reversibilidad de la etapa de tránsito aquí lo arreglaron fácil: un acápite en la Constitución anunciando que era imposible. Se limpiaron con la dialéctica de Marx y de Engels.
—«¿Qué utilidad tiene plantearse el socialismo como un punto intermedio?». «Muchas veces la mejor de las intenciones puede hacerte revertir cosas. Todavía no hay consenso alrededor de qué es el socialismo. No sabemos qué es el socialismo».
—Si no lo saben, ¿qué coño construyen entonces?
—«Cuando Cuba se plantea la idea de asumir como proyecto histórico la construcción socialista, lo hace en un contexto en que ya hay un campo socialista que está dispuesto a ayudarnos, donde hay una experiencia que existe, que ha tenido resultados».
—¡Vaya resultados! Era de suponer, cuando concluyó la fabricación de merengues (desmerengamiento le llamó ÉL) que fuéramos consecuentes en seguir la experiencia.
—«La construcción socialista tiene sus regularidades».
—Y el tránsito sus regulaciones… Lo que no está claro es si Cubadebate se refiere al tránsito vehicular por el Primero de Mayo o al embotellamiento hacia el comunismo.
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Caricatura: Wimar Verdecia / CXC.