¿Qué sería de los cubanos sin la risa inteligente? Esta es una una columna medio en broma, medio en choteo, de la autoría del escritor y humorista Jorge Fernández Era y con ilustración de Wimar Verdecia.
CT-Cambia
En una realidad signada por la banalidad, el neocolonialismo y el odio que pulula en las redes, nadie ha prestado atención a un hecho inédito de nuestra historia que quedará en los anales del no te quites tú para ponerme yo, y que marca un antes y un después de la democracia socialista: dos dirigentes, el tronado y el relámpago, realizan juntos una gira por todo el país, el primero para decir que nadie más capacitado que aquel para ocupar el cargo que deja, y el segundo para declarar que nadie mejor que el otro para desocupar el puesto que se coge.
Lo mío primero… de mayo
«Prevalece (en el resto del planeta, no en la Isla) la desigualdad económica y, con ella, el qué puede pasar mañana, atizado por la persistencia de la pobreza de los trabajadores. En resumen: el mundo continúa patas arriba». Nosotros cabeza abajo.
El Aparato
Cuando te interrogan sobre tu nación, a uno le sale el bichito que lleva adentro y le da por poner cosas preciosas. Pero no debí citar lo que leí el otro día: «Es tan buena doña Cuba, que apretada por su cuello no deja de organizarse, de repensarse a sí misma, de abrir una ventana o una exclusa mientras el enemigo le cierra tres portones de un tirón».