¿Qué sería de los cubanos sin la risa inteligente? Esta es una una columna medio en broma, medio en choteo, de la autoría del escritor y humorista Jorge Fernández Era y con ilustración de Wimar Verdecia.
Su(o)positorio
Si no está seguro de la categoría opositora a la que pertenece, le recomiendo regrese otro día. Yo le daría la más importante, pero cada una tiene sus pros y sus contras. Mientras más radical sea su pensamiento, más atención recibirá por parte de las autoridades, y más tensión tendrá su vida.
ZAFARRANCHO
¡¿Ya salió?! Bárbaro. ¿Dio tiempo a que la gente del noticiero hiciera el reportaje? Esa es buena. Diles que no dejen de entrevistar al jefe de brigada del turno de la tarde. ¿Qué está de descanso? No importa, búsquenlo, y que se ponga en el pecho la medalla que le impusimos el Primero de Mayo. Es importante que hable de la cantidad de días que lleva sin dormir, del inmenso orgullo de contribuir a la tarea.
PROPEDÉUTICA
—A ver, a ver, cálmate, que con llanto y alteración no resuelves nada. No puedo ayudar si no entiendo las razones de entrar a casa y encontrarte en ese estado de nervios.
Problemas de carácter
La cosa esté en hacer coincidir la inauguración del hotel con la conferencia partidista. ¿Para asegurar el coctel de bienvenida? No. Para proclamar el carácter capitalista de la nueva sociedad que se levanta.
Red Kluta
Fíjese si la Seguridad del Estado trabaja bien, que un padre declaró que a uno de sus hijos lo ayudaron, le dieron consejos, le dijeron que él no tenía necesidad de irse de aquí, y «le transformaron la cabeza para bien», no sabe de qué forma… ¿Por qué no explica qué tiene que ver Burundi con todo esto?

Otorring
Hacemos un lote de cien tímpanos e igual cantidad de pupilas y retinas. Se las ofertamos gratis al presidente, al primer ministro, a los viceministros, al Buró Político, a los vicepresidentes, al Consejo de Ministros y al Comité Central. No será la solución, pero sí la esperanza de que de una vez y por todas oigan voces diferentes, o las de aquellos que saben, y acaben de mirar la realidad veinte por veinte.