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Un quarter con bata cubana

No es solo la imagen de una mujer en el reverso de una moneda. No es una moneda más, ni una mujer cualquiera. Es una mujer afrocubana, es Celia Cruz, elegida por el American Women Quarters™ Program Honorees, instituido por la Casa de la Moneda de Estados Unidos para rendir tributo a mujeres que «han vivido vidas extraordinarias y polifacéticas y han tenido, cada una a su modo, un significativo impacto en nuestra nación», al decir de Ventris C. Gibson, directora de esa institución. Y resume: «Estas mujeres fueron pioneras del cambio a lo largo de sus vidas, sin ceder al statu quo imperante».

El Programa de monedas de 25 centavos en tributo a mujeres estadounidenses destacadas, presenta piezas en cuyos reversos se muestra, mediante un cuidado diseño, sus logros y contribuciones emblemáticas. El Programa inició en 2022 y se extenderá hasta 2025, período en que la Casa de la Moneda de Estados Unidos emitirá cinco monedas de 25 centavos cada año.

«El grupo étnico, racial y geográficamente diverso de personas honradas a través de este programa refleja una amplia gama de logros y campos, incluyendo el sufragio, los derechos civiles, la abolición, el gobierno, las humanidades, la ciencia, el espacio y las artes» —señala el anuncio oficial fechado el pasado 1ro. de febrero.  

En la primera entrega, en 2022, el campo de las artes estuvo representado por la escritora y activista social afroamericana Maya Angelou y por Anna May Wong, primera actriz china en actuar en filmes de Hollywood. En 2023, el honor fue compartido por Edith Kanakaʻole, compositora indígena hawaiiana, guardiana de la cultura y las tradiciones de su pueblo, y por Maria Tallchief, considerada la mejor prima ballerina de los Estados Unidos y primera nativa norteamericana (originaria de la nación Osage) en alcanzar tal rango profesional en el ballet clásico.  

El palmarés en este campo se completa para 2024 con Zitkala-Ša, escritora, compositora, educadora y activista política por los derechos de los nativos estadounidenses; Rev. Dr. Pauli Murray, poeta y escritora, además de jurista, pastora episcopal y activista; y nuestra Celia Cruz, definida en el documento oficial como «cantante cubano-americana, ícono cultural y uno de los artistas latinos más populares del siglo XX. Conocida como "La Reina de la Salsa", Cruz fue galardonada con cinco premios Grammy, una Medalla Nacional de las Artes y un Grammy a título póstumo».

(Foto: US Mint)

Completan la lista para la emisión de 2024, Patsy Takemoto Mink, primera mujer representante de minorías étnicas en servir en el Congreso de los Estados Unidos, y la Dra. Mary Edwards Walker, cirujana durante la Guerra Civil y abogada defensora de los derechos de la mujer y del movimiento de la reforma del vestido.

Conocer las proezas y aportes de estas mujeres a la historia social de los Estados Unidos y las razones por las que fueron elegidas para  este programa de la Casa de la Moneda, permite valorar con justeza el lugar y notabilidad concedidos a Celia Cruz, el aprecio por su trascendental legado cultural y simbólico, que rebasa desde mucho las fronteras de un país; su creciente influencia como ícono inspirador para amplios sectores femeninos de las comunidades latinas en Estados Unidos y el mundo, y el profundo calado de su música en la espiritualidad de las naciones de América Latina y el Caribe y su diáspora.

Ser portadora de esta representatividad en un país de poco más de 331 millones de habitantes, donde ni nació ni creció, pero donde encontró las posibilidades para revalidar los grandes logros de su carrera en Cuba y llevarlos a cotas más altas, constituye altísima razón de mérito para aquella muchachita nacida en un solar del habanero barrio de Santos Suárez, y a la que, confiada en su talento natural, ningún obstáculo pudo detener en lo que fue su razón de ser: cantar defendiendo los géneros autóctonos de su país y esparcirlos por el mundo contagiados de una alegría innata, asumiendo la misión que se dio en la vida: representar a Cuba allí donde fuera, con la fuerza y emoción de su voz.

La moneda conmemorativa, que se pondrá en circulación el próximo año, lleva en su anverso el diseño clásico del quarter o moneda de 25 centavos de dólar, con el perfil de George Washington. El reverso, con la imagen de Celia, fue diseñado por Phebe Hemphill, destacada escultora especializada en arte medálico, con más de un centenar de créditos en diseño, escultura y realización de monedas y medallas aprobados por la Secretaría del Tesoro y otras instituciones norteamericanas.

Celia Cruz en 1945 (Cortesía de Cortesía Celia Cruz Foundation)

Cuando veo a esa mujer negra, cubana, sonriente, esculpida en la pequeña circunferencia, enfundada en la tradicional bata cubana —«vestida de rumba» como reza la descripción en la web oficial—(1) en el diseño del reverso de una de las monedas más antiguas y utilizadas de los Estados Unidos: el quarter, la imagino inmortalizada en reluciente metal, pasando a través de millones de manos, recorriendo miles de kilómetros, brillando ahora de otro modo, uno que quizás nunca imaginó, pienso en el raro poder de la música cuando sale de la raíz, y a través de sus auténticos portadores se vuelve tronco y savia inseparable de quienes en ella se ven representados.

Ese es el triunfo. Esa es la victoria por encima de endebles mezquindades, roñosos oprobios e históricas vergüenzas en su propio país. Sus detractores nunca pudieron imaginar las extrañas sorpresas que los caminos políticos pueden depararnos y el modo también extraño en que escapan de su control los arquetipos ya inútiles que durante décadas diseñaron para la representatividad de la nación cubana con derecho de exclusión.

Hoy, cuando todos hablan de «la moneda de Celia Cruz», cuando los tributos  conmemorativos de su muerte hace veinte años se convierten en una celebración de alegría, guarachas y azúcar por su vida; los intentos descalificadores y los constructos diseñados para reescribir la historia a conveniencia, todos probadamente ineficaces, lo serán también ahora para quienes quieran desvirtuar los verdaderos valores culturales, humanos y representativos que la hicieron merecedora del homenaje que le tributa su país de adopción, del que fue ciudadana de pleno derecho y donde descansan sus restos mortales, valores que hacen de Celia Cruz una estrella fulgurante inextinguible y la cubana más universalmente conocida y reconocida.

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(1) «Rhumba», o «rumba», ha perdurado en el imaginario norteamericano desde los años treinta del pasado siglo en tanto palabra que resume géneros de la música popular cubana como el son, la guaracha, la rumba, el afro. Difundido por las casas discográficas y editoriales entonces, su uso muestra una voluntad reduccionista hacia la riqueza de géneros y ritmos en la música de la Isla, apelaba así a la facilidad de comprensión por las audiencias de USA, e introdujo una confusión que perdura hasta hoy.